Según un artículo publicado por la BBC en su página web, es posible crear una biblioteca que no tenga libros. Se llama BiblioTech y se inaugurará este verano en Texas, Estados Unidos, más concretamente en San Antonio, para dar servicio a los barrios más poblados del extrarradio de la ciudad. Dispondrá de 100 libros electrónicos que también se podrán consultar desde casa y "docenas de pantallas donde el público podrá buscar, estudiar y aprender habilidades digitales".
Las ventajas de este sistema para gente que no tiene fácil
acceso a una biblioteca pública tradicional son enormes. La ayuda que puede
prestar a estos usuarios, la comodidad y facilidad de acceso a la información
son indudables. Pero, y es que siempre hay un "pero", ¿quiere esto decir que se
acabaron las bibliotecas al uso? ¿Seremos tan "tecnológicos" que ya
ni nos molestaremos en ir a una biblioteca, recorrer sus estanterías, consultar
sus ficheros? ¿Llegará un momento en que desaparecerá el edificio físico para
dejar paso a una dirección de Internet a la que conectarse? Solo de pensarlo me
dan escalofríos. Es evidente que eso sería comodíiiiiiiisimo, no lo pongo en
duda. Difundiría la información como el rayo, no lo niego. El acceso a la
información sería verdaderamente universal. Pero, ¿podéis imaginar algo más
frío y más solitario? Me resulta muy difícil
imaginarlo.
Cuando entro en una biblioteca, el primer impacto me lo
producen las hileras de estanterías llenas de libros de todos los colores,
tamaños y formas. Es lo que más me gusta: verme rodeada de ejemplares de todo
tipo. Me gusta recorrer sus pasillos y pasar el dedo por el lomo de algunos de
ellos, poder cogerlo, ojearlo, tocarlo. A veces, encontrar el rastro de alguien
que lo consultó antes que yo. Seguro que no es la primera vez que os habéis
encontrado, entre las hojas de un libro, alguna nota escrita a boli por el anterior lector sobre algo
que le interesó de ese libro. Eso jamás pasará en Internet.
Podéis llamarme romántica, antigua, pasada de moda, lo que
os de la gana, seguro que tenéis razón, pero sigo pensando que una no tiene por
qué sustituir a la otra. Estoy de acuerdo en que el valor de esa
"biblioteca SIN libros" es enorme pero sin dejar de ocuparnos de la
"biblioteca CON libros". No caigamos en el error de destruir una para
engrandecer la otra. Son perfectamente compatibles .
En realidad yo no diría "Biblioteca sin libros". Diría "Biblioteca con libros electrónicos". Es cierto eso que dices de que una no tiene que sustituir a la otra, pueden convivir perfectamente.
ResponderEliminarBesos
Sí, pero... ¿No te da un poquito de pena pensar en no toquetear los libros de las estanterías? Los libros en papel terminarán por ser como los pergaminos y necesitaremos un carné especial para usarlos. Aunque espero que yo no lo vea. ;-) Abrazos.
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