La verdad es que no sé muy bien cómo describir este libro. El Libro de los Baltimore, de Joël Dicker, ha resultado una lectura extraña no por su contenido, sino por lo que me ha provocado. Si tuviera que describirlo con una sola palabra, usaría "americanada", así, tal cual. Sin embargo, no sería totalmente justa.
Es cierto que el argumento es una total y absoluta americanada, llena de tópicos de esos que se repiten miles de veces en el cine: dos ramas de una misma familia; una rica, influyente y además encantadora (que terminará mostrando sus miserias como las demás) y otra trabajadora, gruñona y menos deslumbrante (que acabará manteniéndose más firme que la otra). Tres primos que se adoran, pero que en el fondo ocultan graves secretos, y una chica en medio de ellos, claro está, con la que viven una adolescencia feliz y maravillosa hasta que una gran desgracia destruye y desmorona todo su mundo. Rencores estúpidos, malentendidos que acaban en desgracias, impresiones que resultan no ser lo que parecen. ¡No me digáis que no os suena de nada, que no me lo creo!
Bien, pues como me ha pasado varias veces últimamente, a pesar de esto, no he podido dejar de leer hasta el final, y me he encontrado con detalles que la "rescataban" del montón de los abandonados. No es que al final me haya atrapado la historia, aunque está bien contada y no se hace monótona, y eso que es muy previsible. Pero sí lo ha hecho la forma de escribir de su autor.
Joël Dicker ha sabido contar la vida de esta familia con un lenguaje sencillo, explicando muy bien los sentimientos de su principal protagonista, Marcus Goldman, y las situaciones vividas por él y el resto de personajes, a veces, gracias a imágenes muy poéticas. El propio Marcus será quien nos hable directamente y nos desvele todos los acontecimientos vividos por él y su familia, sobre todo, por sus primos, sus tíos y Alexandra, el amor de su vida. Toda la historia serán sus recuerdos, sus sentimientos y pensamientos, los descubrimientos que va haciendo sobre los secretos familiares. Mediante continuos saltos en el tiempo, adelante y atrás, vamos conociendo a todos los personajes de la novela, unos personajes bastante bien construidos, convincentes, pero, como el propio argumento, previsibles y cargados de tópicos. Esos saltos, que parecen no tener orden ni concierto, sin embargo, están muy bien hilvanados con la marcha de la historia, bien fechados por el autor en cada capítulo, bien introducidos por los diferentes personajes cuando hablan de sus recuerdos. En ningún momento nos perdemos ni nos confundimos.
Joël Dicker ha sabido contar la vida de esta familia con un lenguaje sencillo, explicando muy bien los sentimientos de su principal protagonista, Marcus Goldman, y las situaciones vividas por él y el resto de personajes, a veces, gracias a imágenes muy poéticas. El propio Marcus será quien nos hable directamente y nos desvele todos los acontecimientos vividos por él y su familia, sobre todo, por sus primos, sus tíos y Alexandra, el amor de su vida. Toda la historia serán sus recuerdos, sus sentimientos y pensamientos, los descubrimientos que va haciendo sobre los secretos familiares. Mediante continuos saltos en el tiempo, adelante y atrás, vamos conociendo a todos los personajes de la novela, unos personajes bastante bien construidos, convincentes, pero, como el propio argumento, previsibles y cargados de tópicos. Esos saltos, que parecen no tener orden ni concierto, sin embargo, están muy bien hilvanados con la marcha de la historia, bien fechados por el autor en cada capítulo, bien introducidos por los diferentes personajes cuando hablan de sus recuerdos. En ningún momento nos perdemos ni nos confundimos.
Además, consigue que el misterio ronde la novela desde las primeras páginas. El "Drama", como lo llama el protagonista, está presente todo el tiempo, es el motivo de la historia, su origen y su fin, y hasta que pasamos la última página, no se desvela ese misterio, ya que mantiene varios "flecos sueltos" que no resuelve hasta el final, un final feliz en toda regla.
De ahí lo de "una mezcla extraña", porque es el resultado de una rara combinación de historia manida y muy repetida con una gran habilidad para contar y una muy buena manera de escribir.